27 De Agosto
2017
Veo una nena
pequeña al lado de mi cama, como de unos 4 o 5 años. Ella me extiende su mano y
me dice (digo dice pero me transmite por telepatía) ven conmigo.
Cuando me
levanto y camino hacia el comedor veo a una chica que me sonríe, era delgada,
de contextura mediana, de caballo negro con un gorro blanco, también pullover blanco, que en la parte superior derecha tenía un logo
o dibujo, era un rombo color violeta con borde color dorado. Junto a la puerta
de entrada había un hombre muy alto, de pelo lacio claro, pantalones claros y suéter
beige con un logo o dibujo en la parte superior derecha, que también era un
rombo de color violeta con borde dorado.
Los tres me
sonríen como si me conocieran.
Dentro de mí
me pregunto qué hacen acá.
El hombre me
transmite por telepatía:
“Vinimos a
buscarte”.
En ese
instante aparecí en un gran jardín con flores de colores vivos, resaltaba el
color fucsia, rojo, anaranjado y blanco, sobre un pasto de un verde brillante. Algo particular es que yo allí estaba vestida con un enterizo blanco.
Ese gran
jardín estaba rodeado de edificios que parecían de vidrio (digo vidrio porque
era un material que no conozco). Los edificios formaban un cuadrado y dentro
ese jardín, más allá de los edificios había un desierto, no había nada. Pero
esos edificios y ese enorme jardín parecían formar una pequeña ciudad.
Veo que
había diferentes grupos de personas.
La pequeña
que apareció en casa me lleva hasta un grupo. Allí había niños y adultos que
les estaban enseñando sobre la tierra.
Una mujer se
acerca y me transmite por telepatía:
“Nos
cuidados y enseñamos unos a otros. Nosotros, los adultos sabemos que tenemos
que partir y ellos cuidarán estas tierras. Es lo que tenemos ya que más allá,
en la otra parte de este planeta es desierto y son tierras que no se puede
cultivar”.
Veo un grupo
de personas adultas despedirse de un grupo de chicos. Estos los acompañan hasta un lugar que estaba
a un costado, saliendo de ese cuadrado de edificios.
Otra mujer de
este grupo que se despedía, se la veía sonriente. Ella me transmite por
telepatía:
“Terminamos
nuestra labor aquí y es hora de dejar este vehículo, por eso nos despedimos y
estamos felices de haber pasado un tiempo aquí. Sabemos que evolucionamos hacia
un mejor lugar, hacia un mejor estado”.
Al despertar
tenía todavía grabado en
mi mente la
sonrisa de esa mujer, ya que me impactó lo que ella me transmitió.
Gracias,
Gracias, Gracias a estos Seres que me llevaron a ese lugar y a Dios por
permitirme estas experiencias y aprendizajes.
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