Viaje astral- Sueño lúcido
20 de Mayo 2018
Abro mis ojos y por el espejo que tengo al
costado de mi cama, el cual es bastante grande, veo que desde allí viene una
mujer y se coloca al lado mío. Ella
tiene cabello largo pelirrojo, su piel es muy blanca, sus ojos son grandes (podría
decir que un poco más grande que los nuestros)y azules, mirada muy profunda.
Ella estira su mano y por telepatía me dice que
vaya con ella.
En ese momento quiero levantarme y hago el
movimiento que todos hacemos para incorporarnos de la cama. Al hacerlo primero
siento cierta presión del cuerpo pero con esfuerzo me incorporo. Cuando me paro
para ir con esta mujer, veo que mi cuerpo permanece en mi cama.
Ella coloca su mano cerca de mi pecho y luego coloca
su mano en medio de mis ojos (sin tocarme), en ese instante aparecemos en un
lugar al aire libre. Estaba iluminado
pero no veía el sol. Allí hay mujeres están dispuestas de dos en dos, algunas
tenían faldas largas y podía ver también que tenía el cabello largo y trenzado.
Ellas realizaban distintas tareas. Parecían
unas hacer dibujos sobre la tierra, otras parecían preparar comida y algunas
parecían hacer una especie de bailes o rituales.
Estoy en un lugar de tierra, hay plantas, como
dije antes hay claridad pero no veo el sol. Esta mujer que me llevó hasta allí
me transmite por telepatía que estamos en el interior de la Tierra por eso es
que no veo el sol.
Ella me muestra unas botas, me transmite que las
tome en mis manos. Eran botas de caña corta, color marrón claro tenía vetas muy
finas por toda su superficie, era muy suave y delgado el material con que
estaba confeccionada.
Esta mujer me dice que la toque muy
detenidamente a esta bota y para mi asombro comienzo a sentir latidos, como si
la bota fuese algo así como piel y que ésta tuviese vida”.
Ella asienta lo que yo estoy pensando.
Y me transmite: “Es un calzado vivo, inteligente,
se adapta a nuestros requerimientos. Todo tiene vida.
Estas acá porque es necesario que conozcas este
lugar, esta tierra y los que vivimos aquí. Somos muchos a lo largo de este planeta
los que habitamos aquí”.
Estuve un buen tiempo allí observando y llenando
mi ser de lo que allí ocurría. Se podía sentir que esas mujeres ponían mucho
amor en lo que hacían.
Esta mujer que me acompañaba me invitó a
sentarme en la tierra y poner las manos en ella y sentir el corazón de la
Tierra, como conectarme con ella. Sentí una enorme paz.
En un momento siento un cimbronazo en todo mi
cuerpo y puedo verme de vuelta en mi cuerpo. Al mirar hacia el espejo pude ver
como esta mujer se iba por ahí.
Gracias, Gracias, Gracias a Dios, a esta mujer y
a todas estas personas que me acompañaron en esta hermosa experiencia.
Esta mujer me hablo del lugar exacto en donde
estábamos y el que tengo que hacerme presente allí por una determinada acción
que tengo que realizar ahí. Más allá de que ese lugar queda en Argentina y he
estado en esa provincia jamás fui a ese preciso lugar .
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