AYELEN, PIWKENEYU, KEYUAFEN


Sueño lúcido
18 de julio 2020
Estaba en una cueva de piedra que se encontraba dentro de una montaña al sur de la cordillera de los Andes.
Estaba vestida con una especie de poncho color beige.
Allí realizaba un dibujo en la pared de esa cueva que representaba la vida en la Tierra para mí.
La cueva era bastante grande y estaba totalmente vacía, me colocaba en el centro sentada y comenzaba a meditar centrada en ese dibujo realizado anteriormente.
Entraba en un estado profundo de meditación, hasta el punto de salir de mi cuerpo físico y sentir que me elevaba y podía salir de esa cueva e ir a la cima de la montaña donde podía ver con gran alegría unas enormes luces azules muy brillantes en el cielo. Eran tres naves muy grandes con enormes luces. Las naves al mirarlas hacían pulsar sus luces como contestando mis preguntas.
El espectáculo era hermoso, las luces parecían danzar iluminando el cielo y la tierra.
Al regresar a mi cuerpo y salir de ese trance meditativo, estaba feliz.
Para mi sorpresa al abrir mis ojos arriba del dibujo que había dibujado se encontraban escritas unas palabras en un idioma que acá no conozco:
Ayelen, piwkeneyu, keyuafen.
Como expliqué algunas veces en mis sueños se hace un foco, como si fuese un zoom, sobre lo que es importante que recuerde y en este caso las palabras estaban escritas muy grandes en color anaranjado claro y recorría con mucha precisión cada una de ellas.
Al ir despertando todavía podía verlas muy claro e iba recorriendo lentamente tanto visual como con sonido cada una de esas palabras, esto me permitió recordarlas y buscar luego qué significaban.
El idioma es mapudungun hablado por los mapuches y el significado que encontré es:
Ayelen: “alegría”, “felicidad”, “el sonreír”
Piwkeneyu: “te tengo en mi corazón”
Keyuafen:” gracias”
Gracias, gracias, gracias a Dios por permitirme esta hermosa experiencia.
Como decía desperté lentamente viendo y diciendo estas palabras, y sintiendo mucha paz y alegría.
No se si Dios, si Gaia o la Pachamama, si mi yo superior, o seres de otros mundos, pero dentro mi corazón sentía una bella sensación de haber recibido una hermosa respuesta.



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