Sueño lúcido
1 de Noviembre 2017
1 de Noviembre 2017
Estaba en
Córdoba, provincia de la República Argentina (aclaro que no vivo en esa
provincia. Me encuentro en Buenos Aires que
queda a unas 9 horas de micro de ese lugar). Estaba caminando cerca de unas
montañas, al lado de un río que bajaba de ellas. Piedras grandes se hallaban
cerca de mí por las que corría el agua cristalina.
Era la tarde
y comenzó a soplar un viento cada vez más fuerte. Podía apreciar las nubes cada
vez más bajas hasta confundirse con las montañas y luego con el agua y la tierra, como si el cielo se apoderase de la tierra. Al mismo tiempo por acción del
viento la vertiente de agua parecía hacer espuma, una espuma cada vez mayor y
profundamente blanca. Esta espuma y las nubes se confundían en un espectáculo
único.
Me
encontraba en medio de todo eso, que parecía un gran humo blanco en el cual
caminaba maravillada.
Podría
confundirse con una escena como si estuviera en el cielo, rodeada de esa bruma blanca por
la que mis pies parecían flotar.
En ese
momento se abre entre esa nube blanca una abertura o puerta y entra una mujer
joven. Ella era hermosa vestida íntegramente de blanco. Tenía un vestido largo,
parecía tener varias capas de tela blanca hasta terminar en una tela suave,
vaporosa, sus mangas eran abuchonadas y cortas. Su cabello estaba recogido con
un rodete y llevaba un tocado como un pañuelo de seda largo que termina en dos
gajos que le llegaban hasta más debajo de su cintura. Su piel era
extremadamente blanca.
Ella se
acerca a mí. Mi cuerpo también emitía una luz blanca potente que iluminaba el
lugar.
Me
transmitía mucha paz. Ella se pone frente mío y sus pensamientos llegaban
directamente a mí.
Ella me
transmite (aquí coloco transmite pero con solo mirarla sabía que quería
decirme).
“¡Estas
aquí!”
Parecía
estar feliz al verme, como si me conociera, pero tengo que decir que yo no
recordaba conocerla.
Ella me
transmite:
“Estamos en
otra dimensión más allá de la física”.
Ella acerca
sus manos hacia las mías tocándolas y una gran luz salía de esa unión. La sensación era hermosa, suave. Sentía su
calor, su bondad. Era absolutamente física la sensación que sentía. Era una
sensación hermosa.
La sentía
más real que cuando toco a alguien acá en este plano.
A la vez
dentro mío me preguntaba qué era lo que estaba sintiendo.
Ella me
transmite:
“Estamos en
otra frecuencia distinta a la que estas en tu vida en la tierra física. Pero es
absolutamente real lo que acá estás viviendo. Son sólo diferentes vibraciones
de la materia. Según vibres será en cual te encuentres. Aunque como te sucedes
a veces puedes sentir o vivenciar dos frecuencias a la vez. Todas son reales,
ves (en ese instante ella acariciaba mi mano y muñeca, mostrándome como la
podía sentir)”.
Ella me
transmitía una dulzura y paz que no encuentro palabras para poder transmitirlo
para que les pueda llegar algo de esa vivencia. Sus ojos eran casi
transparentes y al mirarlos podía ver una profundidad de sentimientos, un
verdadero sentir amoroso que penetraba en todo mí Ser.
Gracias,
Gracias, Gracias a esta hermoso Ser y a Dios por permitirme tener estas bellas
experiencias.
Aún al
despertarme podía sentir el calor de su manos tocando las mías.
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