Sueño lúcido
15 de noviembre 2019
Estaba en la calle conversando con dos personas
y observo que en frente había un hombre.
Me resulta particular porque sobresalía entre todas las personas, por su
estatura. Era muy alto y robusto. Su cabello era largo, hasta sus hombros. Su mirada a pesar de estar a bastante distancia llegaba hacia
mí de manera intensa.
Podía ver que vestía una camisa blanca sin
botones. Y me resaltaba ese tono blanco entre todas las personas que pasaban
delante de él.
Sentía que este hombre me estaba buscando.
Dejo a estas personas con las que conversaba y
continúo mi camino.
Veo a este hombre caminando entre toda la gente
y puedo observar que me mira, y me sigue con su mirada entre todas las personas.
Busca acercarse entre mucha gente que caminaba
por la calle.
En un momento y entre mucha cantidad de
personas, logra llegar a mi lado y me da un paquete. Lo miro como diciéndole
por qué me lo daba. Solo continúa mirándome. Lo miro sorprendida, no
entendiendo y entonces mira hacia el cielo.
Estaba envuelto en un papel transparente, por lo
que podía verlo perfectamente.
Estaba realizado en un metal plateado, o plata.
El tamaño era bastante grande. Era un círculo y dentro una estrella de cinco
puntas. El diámetro sería como de cinco centímetros.
Me quedaba mirando ese objeto entre mis manos y
así desperté en esa posición, como si tuviera ese objeto entre mis manos
mirándolo.
Esa imagen quedó en mi mente y en la sensación
que duró un buen rato al despertarme de tenerlo en mis manos, también con la
mirada profunda de este hombre.
El día transcurrió y ya había olvidado este
sueño, era de noche muy tarde, cuando paralelo a mi auto estacionó (en doble
fila) una camioneta que atrajo mi atención porque era bastante extraña. Al
mirarla, su conductor me mira, asienta con su cabeza, su mirada también me
resultó bastante particular. y se coloca un poco más adelante, tenía
exactamente el mismo dibujo que el objeto que este hombre me había dado en mi
sueño. El dibujo era muy grande, ocupaba toda la parte de atrás de ese vehículo.
También me resultó particular porque esta camioneta no hizo otra cosa que
estacionar a mi lado, mirarme y al ver que tenía mi atención colocarse unos
centímetros delante de mi auto, como para que observase el dibujo y luego se
fue.
Gracias, Gracias, Gracias a Dios por permitirme
estas hermosas experiencias.
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