Sueño lúcido
14 de Abril 2018
Estoy en un lugar muy bonito, lleno de verde con
un hermoso cielo celeste. Veo un banco como de plaza y allí me siento.
Veo delante de mí un enorme helado de cucurucho,
un adorno en ese lugar. Y luego veo que había varios parecidos adornando ese
sitio, los colores eran muy vivos y brillantes.
En ese momento aparece mi mamá (ya fallecida),
sonriente y se sienta a mi lado. Estoy muy sorprendida y me emociono al verla.
Ella me transmite:
“Viste que grandes helados hay acá?” Y se ríe al
mirarme.
Les cuento que a mi me encantan los helados.
Ella me transmite:
“Quería festejar con vos, porque hoy es mi
cumpleaños!”
Es cierto acá sería su cumpleaños hoy.
Ella me transmite:
“¿Querés comer un helado?”
En ese instante aparece en mi mano un gran
helado, pero me quedo sorprendida pensando si ahí es posible comer como lo
hacemos acá.
Ella me transmite:
“Sí, claro que podés comer acá y sentirás los
sabores más ricos, suaves en tu boca”.
Así fue sentía muy rico ese helado, un sabor
delicioso pero difícil de comparar con algo acá.
Ella me transmite:
“Estos adornos de enormes helados, lo quise
hacer para vos, para que pasemos un lindo momento juntas, compartiendo”.
Me acerco a estos enormes helados y siento que
no es plástico, siento que es un helado de verdad y me asombro mucho al darme
cuenta de esto.
Ella me transmite:
“Son helados, no son adornos. Acá es posible.
Podés probarlos y comprobarlo vos misma”.
Y así lo hice y era muy asombroso poder hacerlo.
Ella me transmite:
“Lo lindo es poder estar con vos acá, pasando
este momento juntas”.
Sentí que pasé allí un largo rato con ella. Fue
muy lindo como me sentí allí, al mismo tiempo de tener a mi mamá a mi lado
sentía una enorme paz. Al despertarme, lo cual fue de forma muy lenta y suave, ya
que entre dormida y despierta todavía podía verla y sentirla a mi lado.
Gracias, Gracias, Gracias a Dios y a mi mamá por
permitirme compartir tan hermoso momento.
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