LA FUSIÓN DEL SER

Sueño lúcido
11 de febrero 2020
Estoy en un lugar que podría describir como un enorme domo de estructura metálica. Es redondeado y extremadamente alto. Está formado por algo así como metal y vidrio, pongo estos materiales que son lo que más se acercan y puedo hacer el paralelo acá.
Estoy junto a otra mujer, con la cual estábamos trabajando juntas. Los trajes que llevamos los puedo ver detenidamente, enterizos de color plateado oscuro y se adaptaba a mi piel de una manera perfecta, sabía que me protegía. Tocaba este traje y recuerdo muy nítido como sentía la textura de éste, era extremadamente elástico y muy suave y fino, jamás había sentido esa sensación en ninguna tela aquí.
La parte superior de ese lugar en el que estaba se encontraba abierto, sin techo y sabía que por allí ingresaban las naves.
Mi labor era monitorear la entrada y salida de naves.
Tenía una pantalla para también por allí, poder ver las diferentes posiciones de las naves.
Sabía que estaba cerca del planeta Tierra, justamente monitoreando la entrada y salida de naves que custodian este planeta.
En ese momento escucho una voz fuerte y clara decir:
“Los cambios deben ser ahora, ya el tiempo se ha cumplido. Los cambios se darán en armonía y respetando a todos los seres que habitan el planeta Tierra”.

Como dije antes, el lugar no tenía techo y podía ver el cielo. Me quedaba absorta mirando ese inmenso océano azul oscuro, muy compenetrada en esa inmensidad que parecía apoderarse de todo. Sentía que me fusionaba con esa inmensidad, podía sentir la presencia de todo y de todos dentro de mí. Todo estaba unido, era todo y no era nada. Esa nada y ese todo era sólo una expresión de una energía infinita, de una gran mente que crea y destruye a medida que piensa.
Gracias, Gracias, Gracias a Dios por permitirme experimentar estos inolvidables momentos.
Al despertar todavía podía ver ese espacio infinito ante mí.
Y sentir dentro mío esa fusión con el Todo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Cursores
Big Bird Sesame Street