REGALO DE REYES

 


Sueño lúcido

6 de enero 2023

Hoy me desperté temprano y por la tarde tenía un rato para descansar, por lo que decidí acostarme a ver si podía dormir.

Me estaba quedando dormida y de golpe pensé que hacía ya tiempo que no soñaba con mi mamá. En ese momento recordé algunas experiencias sueños y otras que he tenido.

Al rato escuché la voz de mi mamá, pero pensé que era mi imaginación, o que estuve justo pensando en ella.

Pero su voz la escuchaba muy clara como si estuviese a mi lado. Entre dormida y despierta delante de mi cama al costado podía divisar su figura, pero seguía pensando que solo era mi imaginación. Aunque seguía escuchando su voz que me decía: “Estoy aquí, me costó el tránsito en este plano. Pero con dedicación lo logré”.

Yo pensaba ¿qué es lo que escucho, si jamás pensé eso?

Entonces imágenes comenzaron a pasar por mi cabeza, pero no eran de acá, de cuando estaba encarnada, sino que estaba en un lugar que podía decir “el cielo”, era un lugar muy luminoso y la veía caminando con una túnica.

Luego escuchaba: “Tuve varios maestros para poder ir evolucionando hasta que ahora me guía el Padre Pío”.

En ese momento lo puedo ver junto a ella.

Es curioso porque acá cuando estaba encarnada, ella no sabía de su existencia, jamás lo mencionó, ni nada por el estilo.

Pensé si es verdad lo que estoy viendo y escuchando me gustaría tener confirmaciones.

En ese momento me encontré en una playa inmensa, el mar estaba calmo y una enorme playa de arena clara por la cual estaba caminando.

No había nadie allí, solo yo caminando.

En ese instante comencé a escuchar una música muy fuerte que me erizó la piel y estremeció mi corazón, ya que esa música es la que le encantaba a mi mamá, es una música instrumental que había sido la música principal de una película argentina, se llama soleado. Es muy hermosa su melodía y potente. Y como broche de oro aparece frente a mí un ángel, solo puedo definirla así. Era ella, una chica joven vestida con una túnica, pero sus mangas formaban una sola pieza con el vestido y al acercarse a mí abre sus brazos que se convierten en alas y el dibujo que esa enorme túnica tenía era un sol. Mi emoción es indescriptible, rompí en llanto y ella me abrazó con sus enormes alas.

Gracias, Gracias, INFINITAS GRACIAS a Dios, a mi mamá por la experiencia más hermosa que pude vivir.

Al despertar de este “sueño” (aunque puedo asegurarles que me sentí más viva y más real que lo que estoy ahora aquí escribiendo), todavía podía sentir el roce de sus alas y por supuesto estaba bañada en llanto.

Como otra hermosa confirmación al levantarme mi hija que estaba en otra habitación me comenta “que raro hoy a la tarde mientras dormías acá sentía el perfume de la abuela”.

¡Qué más puedo pedir!

¡INFINTAS GRACIAS A DIOS!

 



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