3 de Septiembre 2015
Sueño lúcido
Me encontraba junto a mi hija, frente
a una gran escalera circular de un blanco radiante. Sus escalones estaban muy
juntos unos con otros. Esto es, que subiendo apenas el pie ya estabas en el
escalón siguiente.
Al empezar a subir notábamos algo
extraño como que no subíamos, seguíamos en el mismo lugar. Al mirar a nuestro lado, veíamos un anciano de pelo largo blanco,
espesas cejas del mismo color y una gran, larga y tupida barba blanca. Él nos
sonreía y transmitía su pensamiento:
“Cambio de
percepción de vuestra consciencia en su multidimensionalidad.
Cambio en su
manera de percibir el mundo.
En este
momento el gran cambio para la ascensión es este salto en su forma de
experimentar vuestra realidad, que sólo es una ilusión. Ya nada es como era
hace un instante en vuestra percepción. Su consciencia ha dado un girado total y su forma de percibir es
completamente distinta. Miren, sientan, sus cuerpos físicos parecen iguales
pero han cambiado en profundidad. Ese cuerpo se fusionó con las elevadas
vibraciones y ahora es, en su esencia totalmente distinto al cuerpo físico con
el que alguna vez nacieron en estas
encarnaciones.
Vuestra percepción es absolutamente
distinta ya nada es como era hace un instante.
Entraron en lo que es la verdadera ascensión.
Han llegado a la verdadera
consciencia del Ser.”
Girábamos 360°
sobre nuestro eje, volviendo a quedar en el mismo lugar, pero ahora sí podíamos
ascender por la escalera.
Pero todo era
distinto, sentía todo diferente, era como que si me fusionara con brillo blanco
intenso que irradiaba esa escalera. Mi consciencia había cambiado. Era una con
esa luz. Era yo pero no era este yo. Mi sentir y ser era completamente
distinto. Tenía plena consciencia de quienes somos en verdad, sabía que mi
personalidad era un producto creado antes de venir aquí para poder atravesar
todas estas experiencias, al igual que nuestro
cuerpo físico. Y ya nada tenía que ver con ella.
Nada tiene que ver con lo que
realmente somos, seres multidimensionales.
Veía mi cuerpo, pero mi Ser excedía
este cuerpo.
Era, existía como la luz, sin
límites. Era consciencia pura.
Gracias, Gracias, Gracias a este
anciano sabio y a la Fuente por permitirme experimentar la ascensión en su
verdadero esplendor.
Agradezco esto infinitamente. Gracias por compartirlo.Lo siento y me transporto con tu relato,me llena de emoción,GRACIAS!!!!
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