Sueño lúcido
5 de septiembre 2019
Era un sueño común, me encontraba junto a varias personas en una
reunión. Estábamos sentados alrededor de una mesa
conversando. De repente miro y frente mío, había un hombre, que antes no estaba. Su rostro era
extraño, su ropa (veía la parte de arriba, su torso) tenía una remera (digo
“remera”, pero, en realidad era una ropa pegada al cuerpo) de mangas largas con
rayas gruesas a lo largo, color celeste, rosa y crema (tonos pastel). Lo que me llama mucho la atención era un dibujo que tenía en
medio del pecho, era el dibujo de la flor de la vida. Digo
dibujo, pero, en realidad tomaba volumen, como una esfera conformando la flor
de la vida. este símbolo se iluminaba e iba cambiando formando una y otra vez, diferentes
formas, esa flor de la vida, era de una gran belleza observarlo.
En ese instante me dije para mí, “este hombre no forma parte de
este sueño”.
Fue ahí, donde aparecí dentro de una nave que yo
conducía. Estaba a una distancia cercana a la Tierra.
Podía ver desde allí cientos de naves como la mía, custodiando
la Tierra.
Todas ellas, en un
momento comenzamos a emitir una frecuencia, un pulso electromagnético hacia este planeta.
Una
frecuencia de Amor hacia ella, y formamos una red sobre la superficie terrestre
que, dibujaba sobre ésta “la flor de
la vida”.
El espectáculo era bellísimo, una gran red de luz que iluminaba
todo el planeta, conformando la flor de la vida sobre el azul intenso que emana la Tierra.
Un momento impactante, tanto por lo hermoso de lo que podía observar, como así también de lo que significaba.
Unión en Amor de todos los que custodian la Tierra.
Quedaba obnubilada frente a este evento hermoso.
Gracias, Gracias, Gracias a Dios y a este Ser
que me permitió poder acceder a esta otra dimensión. línea de tiempo o como
deseen llamarlo, y poder por ese instante hacerme consciente de lo que estaba
aconteciendo allí.
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