6 de Febrero 2015
Sueño lúcido
Me encontraba en medio de una
escena en la que veía una pareja. Estos tenían cuerpo humano, pero sus ojos me
impresionaban, eran de reptiles. Me causaba escalofrío verlos ya que sus ojos eran
chicos sensibles a la luz, tenían unas pupilas como una raya o línea color
marrón oscuro o negro, a veces cambiaba a un óvalo pequeño. Sus orejas eran muy
chicas y redondeadas. Por momentos estos también podían cambiar sus cuerpos.
En la misma escena había una mujer
completamente distinta a estos primeros. Ella tenía cuerpo humano, sus cabellos
eran largos, ondulados y rubios. Al ver sus ojos eran de un azul intenso. Su
piel era de un blanco casi transparente. Podría decir que sus rasgos físicos
eran como de una nórdica.
Esta pareja tenía encerrada a esta
mujer con un hijo pequeño. Éste también era muy blanco, casi transparente. Sus
ojos azul intensos. Sus párpados rosados, sus cabellos muy rubios casi blanco.
La pareja reptil, quería a su hijo.
Para esta mujer la única opción
para poder ser liberada y lograr regresar con los suyos era dejar a su hijo con
esta pareja. Estos reptiles la tenían como poseída. Ella estaba de pie pero
como dura, sus ojos abiertos pero inmóviles.
La escena era muy desagradable. El
estar allí me daba una sensación de malestar horrible.
Escucho que la mujer reptil dice:
-“Déjanos a tu hijo y serás
liberada. Queremos que él se quede, lo necesitamos por varias encarnaciones.
Procreará con nuestra raza.
Él se acostumbrará y en la próxima
encarnación será mi hijo. Me querrá mucho y se verá en deuda con nosotros por
varias encarnaciones.
Necesitamos la energía de su
sangre.
Sangre con energía pura que al
mezclarse con la nuestra dará vida a nuestra raza.
Ambas razas unidas, con los poderes
de las dos, serán indestructibles.
Nuestra sangre perpetuará en ellos,
los que tengan este tipo de sangre responderán a nuestros genes. Sangre
negativa, será nuestra distinción dentro de la raza humana.”
Luego al mirar al niño a sus ojos,
podía ver como una película pasar frente a mí. Como este chico en otras
encarnaciones seguía al lado de estos reptiles. Pero ya él como hijo de estos y
que los amaba.
Y era capaz de dar la vida por
ellos.
Podía ver como este chico iba
cambiado un poco su fisonomía, era de piel blanca, su cabello rubio pero no tan
blanco y sus ojos eran color caramelo.
Estos reptiles en cada encarnación
también cambiaban a formas más humanas y ya era casi imperceptible su forma
reptil.
Pasaban fotos de personas que
actualmente vienen de esta unión.
Esta vez un sueño lúcido raro, de sabor
un tanto amargo. Pero es para poner luz sobre estos temas.
Gracias, gracias, gracias a estos
seres que se prestaron para informarme sobre estos hechos. Y por supuesto al
Creador que permite esta experiencia.
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