Sueño lúcido
22 de noviembre 2019
Me veía en un lugar hermoso, donde el verde de
la vegetación contrataba con el azul del agua calma de un lago, que se
encontraba a los pies de unas imponentes montañas coronadas con el blanco de la
nieve en sus picos.
Estaba sentada en unas piedras cerca de ese
lago.
Comencé a caminar lentamente, para apreciar ese
precioso paisaje, que era un deleite para la vista y llenaba de paz el alma.
Escuché una voz clara y fuerte que decía:
“La Fe.”
Al mirar de dónde provenía esa voz, vi una mujer
detrás de mí.
Ella era una joven muy bonita. Lo que más me
atrajo fue su mirada. Sentí al mirarla que su mensaje me llegaba en imágenes,
que se imprimían dentro mío.
Ella me dice:
“La Fe es una de las frecuencias más elevadas
que puedes sentir, es emanada desde el corazón, y al irradiarla genera, como la
frecuencia del Amor, los campos más elevados de energía y alcanza el campo
vibracional más extenso para colapsarse en el éter y materializarse luego en la
fisicalidad.”
Esas palabras llegaban a mí en forma de imágenes
que podía “sentir”. Es difícil de explicar, pero sentía las imágenes, me
emocionaban. No se por qué, pero fue una profunda emoción que conmovió todo mi
ser y comencé a llorar y reírme al mismo tiempo. Mientras continuaba sumergida
en su mirada.
En ese instante me pude ver durmiendo en mi cama,
y recorriendo mi habitación. Al mismo tiempo estaba allí, junto a esa chica en
ese hermoso paisaje.
Por medio de imágenes que llegaban a mí, ella me
invita a disfrutar del bellísimo lugar de dónde proviene.
En ese momento, el cielo tomó protagonismo y se
abrió ante mis ojos la imagen de las hermosas y brillantes Pléyades, junto con
esta magnifica postal se escuchaba muy fuerte una preciosa música, que ponía un
marco insuperable a tan hermosa visión.
Gracias, Gracias, Gracias a Dios y a esta chica,
por tan impresionantes vivencias. Experiencias que abren la mente a la
multidimensionalidad de nuestro ser.
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