2 de Noviembre 2015
Sueño lúcido
Me encontraba en una
amplia habitación y allí me mostraban un traje plateado. En especial veía la
chaqueta era de un material flexible y a la vez se ajustaba perfectamente a la
forma de mi cuerpo. Los puños y la parte del cuello eran muy brillantes, como
si tuvieran luces o brillitos tornasolados en un tono verde platinado.
Escuchaba ese traje
es el que usas por las noches cuando sales a otras espacios fuera de esta
realidad.
El color plateado es
el que te acompaña siempre, el amplifica las energías y potencia tu alma. El otro
verde azulado platinado en tus puños y cuello es el que ayuda a hacer tu tarea
en esta Tierra. Son los colores que acompañan a este planeta. Acompañas a esta
Tierra en el proceso de evolución.
La energía del
corazón de este lugar emana esos colores.
Sos puente entre la
energía que emana la Tierra y la energía divina. Unir desde el Amor esas
energías.
Cada alma que
encarna en esta realidad posee una frecuencia vibratoria, esa frecuencia emite
uno o varios colores, aunque siempre hay
uno de ellos que predomina. Esta vibración que se traduce en colores forma en
el éter una onda de la cual su longitud dependerá del nivel de tu vibración que
será visible en esta realidad por medio del color. Eres como un pequeño sol,
que emite su propia luz.
Cada Alma tiene una
geometría sagrada, la cual indica el recorrido que debe hacer. Las experiencias
de encarnaciones serán para cumplir ese recorrido sagrado y volver a Ser Uno
con el Todo. Esa geometría sagrada es vibración, esa vibración es el Verbo,
sonido, ese sonido emite por su frecuencia un color. De acuerdo al recorrido
que haya experimentado esa Alma tiene determinada frecuencia vibratoria que le
dará a esta un color por ese período hasta cambiar de nuevo la frecuencia y
entonces tendrá otro color.
Tu frecuencia
vibratoria en este ahora es el plateado, el cual resume en él muchos otros
colores. Este color amplifica las energías del resto de los colores.
Potencia la fuerza
de otros colores.
Gracias, gracias,
gracias, a esa Voz, a la Energía Divina por permitirme a través de esta
experiencia este aprendizaje.
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