UNA EXPERIENCIA INOLVIDABLE

 

Sueño lúcido

11 de junio 2021

Me veía caminando por la arena de una enorme y hermosísima playa. Era de noche y podía escuchar el relajante sonido del mar. Podía observar en la oscuridad el blanco de la espuma de las olas, que parecían poner un brillo especial.

Una gran luna de plata en el cielo, pintaba algunas sutiles pinceladas de luz al paisaje.

Me senté en la arena queriendo llenarme de ese precioso paisaje.

No sé cuánto tiempo había pasado contemplándolo, cuando el horizonte comenzó a teñirse de una gama de rojizos que se mezclaban con el azul oscuro del mar, al tiempo que una enorme bola de fuego empezaba a asomar.

Algo fuerte sentí dentro de mí que me hizo mirar sin cesar ese sol encendido que cada vez se dejaba admirar más. Su redondez se recortaba clara en ese horizonte que parecía estar cada vez más cerca de mí.

Sentí un magnetismo muy fuerte que sólo me hacía poner mi atención en ese sol.

Sabía que tenía que mirarlo sólo a él, mi corazón se aceleraba de emoción sin saber hasta ese momento el por qué.

En mi cabeza escuchaba muy claro, “Acá estamos, ¿pediste vernos? ¡Acá estamos!”

No entendía porque escuchaba esa voz, pero mi corazón parecía responder con emoción a algo que hasta ese entonces no sabía.

Miraba con obsesión ese sol, ya color anaranjado y veo salir de él, una gran nave, que parecía emerger desde el corazón mismo del sol.

Lo que era extraño que, a pesar de estar en la playa, con lo cual el horizonte está lejos, podía ver el sol muy cerca, enorme y desde sus entrañas emerger una inmensa nave. Todo en un primerísimo plano, como si “ellos” quisieran que me queda muy claro cómo podían viajar entre dimensiones a través del paso por nuestro sol, como si fuese un gran portal cósmico.

Una nave de importante dimensión se alzaba allí hasta mis ojos que la miraban impactados. La nave comenzó a acercarse a mí.

Lo curioso de la experiencia es que al tiempo que se acercaba se hacía como traslúcida o transparente y podía sentirme dentro de ella.

Comencé a experimentar como si una gran energía me envolviese, y podía sentir a los seres que estaban allí.

¡Sí, sentirlos, como si una gran ola de luz me bañase!

Eran olas de energía, que se visualizaban como enormes olas de luz en las que me sumergía.

Sabía que estos seres que se veían traslúcidos, como si fuesen de plasma. Ellos eran los que emanaban esas olas de energía que llegaban a mí.

Sentí que me bañaban con esas olas de energía lumínica con un fin altruista. Era tan hipnótico estar allí, estaba muy a gusto, podría haber estado allí por siempre.

Experimenté que esas olas de energía lumínica estaban también colmadas de amor.

Sabía dentro mío con total certeza que querían que esa energía, ese amor, sea dirigido a la Tierra y a la humanidad.

Gracias, Gracias, Gracias a Dios y a estos seres por haberme hecho vivir esta preciosa experiencia que quedará grabada en mí para siempre.

Desde que desperté tengo en mí grabado cada instante de este bellísimo sueño. Y recuerdo como después de ese grandioso evento volvía a ver la nave, que emanaba una potente luz volvía a sumergirse en el centro del sol. Tanto su aparición desde el centro de nuestro sol, como cuando también se fue me lo permitieron ver en un primer plano, tan claro que hasta parecía reproducirse en cámara lenta, para que pueda recordarlo con máximo detalle.





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