Sueño lúcido
19 de Julio 2018
Me encontraba en un lugar desconocido para mí. A
mi lado se encontraba un hombre, tendría aproximadamente unos 40 o 45 años.
Estaba sentado en el piso, vestía una camisa
blanca amplia y unos pantalones azules, su cabello era rubio y largo.
Al lado de este hombre veía una piscina, era
chica como de dos metros de diámetro o menos. Al asomarme más allá de esa
piscina podía ver hacia abajo muchos pisos en los que se repetía esta misma
escena con algunas modificaciones, por
ejemplo la piscina parecía de otro material, en otra no había agua en la
piscina, en otra se veía como luces tomando la forma circular de la pileta.
Lo miraba sin entender lo que estaba viendo y
este hombre me transmite:
“Lo que ves se replica más abajo con
modificaciones. En algunas sigue siendo físico, en otras solo percibes los
colores que forman esas estructuras. Se percibe la vibración y según vibre más
rápido o más lento, esto dará paso a que se forme la materia o solo percibas luz.”
En ese momento aparece al lado mío la misma
chica que ya se me ha presentado en varios sueños.
Ella me da una botas muy hermosas, son de caña
alta, color blancas, el material al tacto era muy suave y parecía que a los
costados tenía una especie de borde de lana digo lana pero no lo era, era un
material desconocido para mí) muy suave también blanca.
Esta mujer me indica que me las ponga.
Cuando me coloco estas botas, también
aparezco vestida de blanco.
Ella me extiende su mano y hay un destello de
luz cuando rozo su mano con la mía.
En ese momento aparece frente a mí un ser
felino, era muy grande, corpulento y con una cabeza de león, su pelaje o pelo
era muy clara casi blanca, sus ojos también eran muy claros, como caramelo, muy
transparentes y de una mirada intensa que penetraba todo mi ser.
Mi asombro fue enorme al verlo a mi lado, era
una imponente criatura. Pero la dulzura de su mirada me estremecía. Este ser me
transmite por telepatía:
“Estoy en conexión contigo y con otros seres
humanos, así como muchos seres felinos que habitan en esa dimensión.
Acá la comprensión del Ser es distinta a la que
perciben en la tercera dimensión, sabemos que todos formamos parte del Todo.
Si hay algo que puedes transmitirles es el
profundo amor que tenemos por todos los seres que habitan la Tierra y en
especial al ser humano.”
Lo que recuerdo que me quedó muy grabado, es que
sólo lo miraba y me fundía en su mirada.
Luego me veo caminando, parecía un campo y a mi
lado se encontraba este hombre que describí al comienzo del relato. Sólo que
ahora llevaba un saco blanco largo.
Sentía una gran paz a su lado.
Él me transmite por telepatía:
“Hicimos este recorrido para que puedas entender
un poco mejor.
¿Me reconoces? Soy Gabriel.
Como ya te dijeron, un profundo lazo de amor nos
une a los seres humanos.
Siempre estoy cerca de ti.”
Al despertar todavía seguía sintiendo su
presencia.
Gracias, Gracias, Gracias a Dios, a este Ser
felino, a la mujer y a Gabriel, por estas hermosas experiencias.
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