Me
encontraba en el centro de la ciudad, rodeada de edificios. Caminaba por ahí
cuando miré al cielo y vi una gran nave cruzar el cielo. Era ovalada formada
de tres discos uno central más grande y uno más pequeño a cada costado, su
color era violáceo, también podría haber sido producto del reflejo de la luz
solar ya que era de día. Al verla me quedaba boquiabierta mirándola pasar, pensando si era lo que yo creía que era. Tras
esta nave aparecieron dos naves mucho más pequeñas también en forma de disco
ovalado y tras esta otra de tamaño mediano de la misma forma que las anteriores
y luego otras dos más pequeñas que repetían la misma forma. Las últimas tomaban
un color rosado.
Me quedaba
parada allí en esa esquina observando todo.
Cuando noto
delante de mí un puesto callejero de comida, detrás de este carrito veo a un
hombre muy alto y delgado vestido íntegramente de blanco, que me miraba y me transmitía
su pensamiento. Esto me llegaba directamente a mi cerebro, tanto sus palabras
como muchas imágenes de lo que él me estaba transmitiendo:
“Son de mi
planeta, vienen siempre a verme a mí y a otros.
Pasan
seguido por aquí. Siempre durante toda tu vida estuviste en contacto con nosotros.
Muchas personas que han aparecido en tu historia acá en este planeta han venido
desde allá para cuidarte y guiarte.”
En ese
momento comenzó a enviarme mentalmente fotografía de diferentes personas que
han aparecido en mi vida. Contaré una, por ejemplo fue una maestra de sexto
grado de mi escuela primaria (tenía once años de edad), la cual era muy
particular. Ella era muy alta más de un metro ochenta y pico, muy robusta y sus
ojos eran de un celeste muy cristalino, su mirada era penetrante, sus ojos parecían
transparentes.
Lo
particular es que ella cuando tenía oportunidad me decía que era muy buena para
las matemáticas, que recuerde que era muy sobresaliente (acá explico que si bien
era buena alumna no creía sobresalir en matemáticas, sin embargo con su mirada
impresionantemente impactante siempre me decía recuerdas eres mucho más buena
de lo que tu crees).
Este Ser me
transmite también:
“¿Por qué
crees que sabía todas estas cosas que están sucediendo actualmente?”
Acá me pasa
por transmisión de pensamiento los recuerdos que yo tenía de las cosas particulares
que ella nos contaba.
Por ejemplo esta
maestra nos hablaba sobre las diferentes catástrofes a nivel climáticas que
ocurrirían en este tiempo actual si el ser humano seguía con las conductas
destructivas que tenía hacia el medio ambiente. Estas cosas pensarlas en esos
tiempos nos parecían imposibles. También sobre las diferentes construcciones de
represas que estaban haciendo en nuestro país, ella decía que estaban mal
hachas y que en algún momento (nombraba los años actuales) se romperían sus
compuertas inundando varias provincias del este de nuestro país y
desapareciendo las mismas bajo el agua.
Así me iba
pasando las fotografías y recuerdos puntuales de diferentes personas que
aparecieron en mi vida.
Este Ser me
inspiraba confianza y sabía desde lo más profundo de mí ser que me estaba
diciendo la verdad.
De golpe
aparecieron varias palomas y él me transmitía:
“Muchos de
los animales que están en este planeta son consciencias superiores. Han venido acá
con la misión de ayudar a la Tierra. Ellos se encargan de purificar el aire de
limpiar las aguas.”
Por un
momento me quedé pensativa pensaba si era verdad todo esto que estaba
experimentando.
Él me
transmitía:
“Todo es
cierto lo que estás viviendo aquí, hace muchos años que te lo venimos diciendo.
Vos los llamas sueños lúcidos pero son más que esos.
¡Abre tus
ojos y verás que estoy acá!”
En ese
momento pensaba si abro mis ojos se terminará esta experiencia. Luego de un
rato comencé muy despacio a querer abrir mis ojos, comencé a vislumbrar que la
persiana de mi habitación se reflejaba una luz violácea y luego rosa, no había
nada en mi habitación que pudiera realizar ese efecto en la ventana. Giré mi
cabeza hacia el costado derecho en el cual tengo un espejo en el cual se podía
ver los mismos colores. Toda mi habitación parecía teñida de estos colores.
Escuché por
transmisión de pensamiento:
“¡Abre las
persianas!”
Abrí
lentamente la persiana y pude ver una nave, allí arriba en el cielo. Por
supuesto quedé muy asombrada. Y escuché
por transmisión de pensamiento:
“¡Salúdanos!”
Allí comencé
a ver como esta nave destellaba luces violáceas y luego rosas.
Gracias,
Gracias, Gracias a este Ser, a estas naves por hacerse presentes y haberme
hecho vivenciar esta hermosa e inolvidable experiencia.
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