3 de Marzo 2019
Introducción:
A pesar de que es bastante incómodo dormir en el avión, cuando son
tantas horas de vuelo es necesario hacerlo.
Al mirar por la ventanilla era de noche, se veía alguna nube y algunas luces como resplandores.
Mirando esto me dormí.
Sueño lúcido:
Veía varias luces muy brillantes. Al poner atención en ellas podía
darme cuenta que eran bastantes, podría decir más de diez luces blancas, grandes y brillantes en el cielo nocturno.
Las luces parecían danzar, moverse, aunque todas lo hacían en consonancia, es
decir como si estuvieran
conectadas unas con otras, primero formaron un círculo,
luego un triángulo.
Quedaba maravillada ante el espectáculo de estas hermosas luces.
Siento dentro mío como si una voz me hablara y me dijese que mire
atentamente esas luces que algo me querían decir.
Al mirarlas veo que formaban una flecha y al mirar a que señalaban
pude ver una enorme nave en el cielo.
La nave era muy grande de forma ovalada, su color era cobrizo. La
nave era imponente.
Sabía que estaba dentro del avión y al mirar podía ver que se
encontraba mucho más arriba que éste.
Sentí una comunicación con los que tripulaban esa nave y las
palabras que escuché por
transmisión de pensamiento fueron:
“Acá estamos cerca de ti. Somos una nave nodriza, custodiamos la
Tierra.
Siempre estamos cerca de ti y nos da gusto poder saludarte desde
tan cerca.”
Al despertarme, no entendía si era un sueño o qué.
Comencé a mirar por la ventanilla y pude observar varias luces titilando
con fuerza como destellos de luces
blancas de una enorme
belleza.
Podía decir que fue una linda contestación a mi pregunta.
Gracias, Gracias, Gracias a Dios, a estas luces, a los tripulantes de esa nave por permitirme vivir esta inolvidable experiencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario