Sueño lúcido
5 de abril 2019
Veía un gran mapa del sur de América del sur, más exactamente el
sur de Chile y Argentina.
Luego me veía allí al sur, muy al sur de la cordillera de los
Andes.
A mi lado estaba una anciana, su cabello era blanco y largo, tenía
un amplio, largo y claro vestido. Podía ver en sus manos un instrumento redondo
de cuero, que ella tocaba y cantaba, al compás de esa música.
Junto a ella recorría esas montañas, llegábamos al sur de nuestros
hermosos Andes.
El paisaje era majestuoso.
Ella me decía:
“Muy al sur de estas grandes montañas donde se sumergen en este vasto mar, allí continúan debajo de éstas aguas, siendo la columna vertebral de nuestra Tierra. Estas grandes
rocas fueron las primeras en este hermoso planeta, son las costillas de la Tierra.
Ella es una inmensa roca ígnea que se levantará de entre los mares
que la cubren.”
Podía escuchar la melodía que tocaba con aquel instrumento a la vez que cantaba en un idioma desconocido acá
para mí, pero que conocía bien en mi sueño ya que podía entonar esas estrofas junto a ella.
El paisaje era hermoso, caminábamos entre estas enormes montañas nevadas
que parecían abrirnos paso a medida que avanzamos entre ellas.
Me desperté cantando y escuchando todavía esa hermosa melodía. Una
preciosa música que alegra el alma.
Gracias, Gracias, Gracias a Dios y a esta anciana que me permitió
esta hermosa y reconfortante vivencia.
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