DETRÁS DE LAS MONTAÑAS ARCOIRIS

 


Sueño lúcido

18 de septiembre 2021

Era un sueño común, me encontraba conduciendo por una ciudad desconocida. Sabía que había viajado hasta allí por turismo. Había bastante tránsito por lo que decidí estacionar y bajarme para caminar. Esos autos comenzaron a interponerse de manera abrupta en mi camino y hasta eran capaces de chocarse entre ellos con tal de no permitirme avanzar.

Al observar el paisaje lo que me atrajo es ver que en el horizonte se alzaba un cordón montañoso del color del arcoíris. Montañas de diversos colores formando un espectáculo bellísimo.

En ese momento aparece una mujer delante del parabrisas. Ella parecía casi traslúcida, su cuerpo emanaba luz. Tenía el cabello blanco y recogido, podría decir que era una mujer madura, vestía un vestido blanco ceñido a su cintura, sus ojos parecían transparentes, aunque esto podría deberse a que emanaba una potente luz.

Al verla recuerdo que días anteriores también se hizo presente en otro sueño, pero solo se quedó observando lo que en él sucedía.

Ella me transmite: “Ve hacia ese horizonte, no importa lo que suceda, sigue hasta esas montañas.”

Luego pareció desvanecerse. Entonces como pude dejé el auto, bajé y comencé a caminar por esa calle que parecía desembocar justo en esas montañas.

Atraída por este paisaje, me dirigí hacia ellas, casi hipnotizada.

Al estar ya al lado de estas montañas, que formaban un cordón enorme y macizo sin ninguna abertura que me permitiera caminar entre ellas, de repente se abren anti mí y puedo ver un camino. Comienzo a caminar y todo se desvanece, sólo hay luz, luz y más luz.

Comienzo a sentirme expandida, ya no siento mi cuerpo. Es como si estuviese en todos lados. La sensación era hermosa y extraña a la vez. De golpe todo se oscureció, me sentí encerrada en una gran oscuridad por mucho tiempo, casi infinito. Era esa oscuridad, era consciente de que el tiempo pasaba y pasaba, pero no tuve miedo, solo era consciente de esto y lo sentía como si en algún otro momento hubiese experimentado lo mismo.

No sé en qué momento todo volvió a ser luz, y yo misma me veía que tenía luz que emanaba de mi cuerpo. Y al pensar en algo eso se plasmaba delante de mí. Entendí que todo emanaba de mi ser, todo. Quería ver animales, vegetación, eso se plasmaba ahí con solo pensarlo. Todo se manifestaba allí en el instante y podía verlo, tocarlo, sentirlo. Todo era yo y yo era cada una de esas manifestaciones.

Entendí desde esta profunda vivencia como todo, absolutamente todo emanaba de mí.

Gracias, Gracias, Gracias a Dios y a esta mujer, que pude entender que es una maestra que se presenta en mis sueños para guiarme, por permitirme conocer un poco más acerca de nuestro verdadero Ser.

Al despertarme todavía podía sentir esa sensación de ser todas las cosas que me rodeaban, que todo era parte mía y yo de ellas.

 


 


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