Sueño lúcido
19 de
Noviembre 2017
Estaba en un
salón muy grande, sus paredes eran blancas, tenía ventanales muy grandes y
estos tenía cortinado hasta el piso color anaranjado. También había una mesa
grande con bordes ovalados. El techo era blanco y alto, no se por que pero lo
miré mucho al entrar allí.
Había otras
personas en ese lugar, las cuales no conozco. Sabía que era una fiesta,
escuchaba que se celebraba Kosher.
Pensé en ese
momento no se qué es kosher. No se lo que significa esa palabra.
Al rato me
encontraba sola en la parte principal de ese salón, las demás personas estaban
bastante lejos como en otro salón más pequeño que seguía este.
Me quedo
sentada sola allí y comienzo a mirar el techo que era blanco y veo que había
una figura de una cara grande y sabía dentro mío que era la cara de Jesús.
Aunque no
era la cara que es muy conocida a través de cuadros famosos como el de la
última cena y otros.
Pero sabía
que era la imagen de ÉL la que se formó allí.
Cada vez era
más nítida la imagen y me preguntaba es Jesús.
Esa imagen
cobraba vida y mi asombro era cada vez mayor.
Pensaba qué
hace la imagen de Jesús allí. A la vez que me preguntaba ¿es Jesús?
Esa imagen
tomaba cuerpo y puedo verlo ahora allí frente a mí.
Sigo
pensando es realmente Jesús. Él tenía una túnica de color crudo, arriba una
especie de manto de colores rojizos que caía por detrás. Su cabello era largo
castaño y en algunos lugares más claros
como blanco. Lo impactante eran sus ojos parecían transparentes, cristalinos
que penetraban hasta la profundidad de mi ser.
Seguía
mirándolo y preguntándome si era ÉL, y
si era en realidad esa persona que había venido a esta Tierra y el cual había
tenido esa vida ya conocida por todos. Continuaba preguntándome si había sido
en realidad así, como se cuenta un avatar de la humanidad y ese Ser milagroso.
Al tiempo
que sus ojos penetraban en mí, sentí mucha paz. De golpe todos mis pensamientos
cesaron, escuché en lo más profundo de mí ser una voz que decía:
“¿Por qué
dudas de lo que ves frente a ti?
Aquí estoy,
¿no lo has pedido? Soy tan real como tu cuerpo que yace en esa cama”.
En ese
instante pude ver mi cuerpo en mi cama durmiendo.
Y volví a
escuchar mientras ÉL estaba frente a mí:
“Si tienes fe como de un grano de mostaza, nada te será imposible".
Esa mañana al
abrir la puerta de entrada para salir veo tirado un llavero con una llave muy
pequeña. El llavero era redondo como de corcho y veo que tiene pegada una
imagen de Jesús
Que decía “Jesús,
en vos confío “y del otro lado una imagen de la cara de una mujer que dice
Virgen Del Milagro de Salta (imagen que hasta ese momento no conocía). Pensé que se la había caído a alguien, ya que
vivo en una casa de departamentos. Por lo que fui por todos los departamentos
preguntando si era de alguien. Ese
llavero no era de nadie.
No se cómo
llegó hasta mi puerta pero fue una hermosa confirmación a mi sueño.
Gracias, Gracias, Gracias a Dios y a Jesús por permitirme esta hermosa y reveladora experiencia.
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