17 de Marzo
2017
Sueño lúcido
Hace ya
varias noches que al dormirme aparece una mujer en mi habitación. Ella es
delgada, rubia y lleva un enterizo color blanco y otras veces color plateado.
En esta
oportunidad, ella me transmite por telepatía:
“Vengo a
explicarte, porque así me lo han solicitado. Ahora verás porque todo es un
presente continuo.”
Acto seguido
me encuentro en otro lugar que puedo advertir que no es acá.
En ese
momento esta mujer me dice por telepatía:
“Sabés quién
eres. ¿No es así? En cuanto a esta vida terrenal que estas transcurriendo.”
A lo cual me
la quedo mirando afirmando lo que me está preguntando.
Ella me
transmite por telepatía
“Bueno, pero
al mismo tiempo todo está ocurriendo.”
En ese
instante puedo ver algunas personas que conozco como si se desdoblaran. Puedo
verlas en otras épocas y vidas que tuvieron o tienen.
Luego fui
transportada a un lugar al aire libre, con un bonito parque y un hermoso cielo
azul.
Y luego esta
mujer me dice telepáticamente:
“Él te ha llamado.”
Aparece ante
mí un hombre que en varios sueños vi y se presenta como el profeta Daniel y lo
puedo ver con una vestimenta correspondiente a ese tiempo.
Había varias
personas que preparaban una fiesta. Veía por ejemplo una mujer que realizaba adornos
para el festejo.
Yo sabía que era una ceremonia para mí.
Luego me
encuentro vistiéndome en una habitación muy iluminada. Y me veía con un vestido
largo blanco muy sencillo, de tela rústica (como la de los hábitos). Era de
mangas largas, con cuello cerrado, tenía un cinto ancho de la misma tela, justo
por debajo del busto, era largo hasta los pies.
Mi pelo era
como es aquí largo, pero allí se veía dorado, llevaba media colita, es decir
algunos cabellos de los costados agarrados atrás.
Era una
ceremonia y era muy consciente de quién soy acá y que al mismo tiempo se estaba
dando este hecho ahí.
Luego vuelvo
al primer sitio al aire libre, en el parque, se olía una fragancia a rosas muy
agradable.
Puedo ver a
Daniel, “el profeta”, vestido íntegramente de blanco.
Al verme así
vestida él me sonríe y me trasmite por telepatía:
“Ahora si
podemos comenzar…”
No se el
porque de esa ceremonia. Pero si puedo decirles que aún cuando comenzaba a
abrir los ojos podía verme vestida así.
Parece que
vivimos en varias dimensiones otras vidas al unísono con esta, y que pasado,
presente forman parte de un presente continuo.
Se que
muchos dirán, sí claro ya lo sabemos. Pero experimentarlo fue para mí una
comprobación palpable de esto.
Gracias,
gracias, gracias a Dios por permitirme estas experiencias preciosas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario