Sueño lúcido
12 de junio 2022
El paisaje era totalmente
blanco, montañas vestidas de hielo, el suelo completamente blanco y helado. El
lugar estaba absolutamente vacío. Caminaba por allí acompañada de un hombre.
Sabía que estaba en la
Antártida.
Este hombre que me
acompañaba me indicaba seguir caminando. Él era alto delgado, y estaba vestido totalmente
de azul.
Caminé y caminé acompañada por
él en silencio,
hasta llegar a una especie
de cráter que se abría en medio de todo ese hielo. El cráter, era una especie
de enorme hoya de agua transparente.
Me indicaba que entrase y
me sumergiese en esa agua. Lo miré extrañada ya que hacía un frío extremo para
que me mojase en esa agua, que obviamente deducía que estaría helada.
De manera telepática, me
indicaba “sumérgete allí.”
Este hombre se quedó fuera
al borde de esta especie de gran lago. Y, me indicó sumergirme por completo.
Me hizo sentir como si me
estuviese bautizando, y así me lo transmitió él.
“Estas sumergiéndote en
aguas que contienen la historia de esta Tierra”.
No sé si fue este hombre,
pero comencé a caminar lentamente como si hubiese una escalera que no veía debajo
de las aguas en ese lago. Comencé a sumergirme muy lentamente, hasta que el
agua me cubrió por completo.
Allí el agua comenzó a
iluminarse y ya no se sentía como agua.
Comencé a observar como si
en las profundidades de esa “agua” hubiese construcciones. Una ciudad parecía
estar frente a mis ojos.
Era de una gran belleza, en
su mayoría los techos de las construcciones eran cúpulas que ellas mismas
emitían luz.
Una ciudad que emanaba una
enorme luz.
Pero ¿Cómo podía ser cierto
que hubiese una ciudad debajo de la Antártida?
Con solo pensar esa
pregunta, escuché una voz “Aquí estuvieron hace muchísimo tiempo, siempre
estuvieron allí antes que éste continente se convirtiera en lo que hoy es.”
Gracias, Gracias, Gracias a Dios, y a ese hombre
“guía”, por esta hermosa experiencia.
Todavía guardo esa preciosa imagen de esa ciudad
de luz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario