UNA NOCHE EN EL CIELO

Sueño lúcido
18 de Septiembre 2017
Estaba en mi casa y llegaba mi sobrina con unas amigas, así comenzaba el sueño.
En el momento que entran y comenzamos a saludarnos, en medio de este ruido,  ya que éramos varias personas, veo sentada a la mesa a mi mamá. En ese instante comencé a saltar y gritar de la alegría, al tiempo que me desvivía diciéndoselo a todos los otros, pero me daba cuenta que ellos no la podían verla.
Me acerco muy feliz gritando de alegría hacia mi mamá.
Le gritaba feliz:
“Hola, viniste. Gracias, estoy muy feliz!” Repetía sin parar.
Ella vestía un pantalón de seda celeste y blanco y una remera blanca. Cuando pongo atención en su rostro, la veo con la fisonomía de unos años antes de su fallecimiento, pero su cara tenía un brillo especial, podía notar su tersa piel que  parecía iluminada. También comienzo a ver sus ojos con detenimiento y puedo verlos más claros, como si su color hubiese cambiado. (Sus ojos aquí eran marrones)
En ese momento veo como cuando una imagen en la tele parece que va y viene, como si la señal se fuera por momentos.
Ella me sonríe y me transmite por telepatía:
“Ellos no me pueden ver. Yo ingresé a tu sueño pero estoy en otra frecuencia. Las dimensiones o frecuencias están superponiéndose. Vos estás en una dimensión, cuando duermes ingresas a otra y yo tengo otra que trata de interactuar con la tuya. La sintonía de mi energía es para vos”.
Luego toma mi mano y aparecemos en un lugar hermoso, creo que si alguna vez me dijeron como imaginaba el cielo habría descripto este lugar.
Caminábamos al tiempo que ella me explicaba sobre la luminosidad de su piel y el color de sus ojos.
Ella me transmite  por telepatía:
“Cuando llegamos aquí primero nos vemos como cuando dejamos el cuerpo físico. Aunque cuando podemos visitar en sueños a algún ser querido podemos presentarnos más jóvenes y de mejor semblante que al partir.
Pero es como un disfraz. Pero al ir haciendo diferentes tareas aquí nuestra Alma se va nutriendo y perfeccionando, entonces nuestra apariencia es más luminosa y nuestros ojos irradian más brillo, por eso vez (ahí me muestra sus ojos en primer plano) mis ojos se ven de este color (ella me muestra sus ojos, alrededor de su pupila tenía un círculo de luz y luego dentro un celeste agua muy claro).
Ahora mi apariencia es así más luminosa, porque mi Alma es así, ha realizado un recorrido de tareas que le permitió crecer y evolucionar”.
Cuando recorríamos ese hermoso lugar, ella me lleva hasta un sitio precioso. Allí había una construcción de enormes torres, dos a cada costado que terminaban en enormes picos, eran realmente muy altas, al pasar en medio de estas dos torres, como si fuera una gran arcada, como si entrara a un enorme castillo, pero sin techo, atrás había otras grandes torres terminadas también en enormes picos. Estas construcciones eran o parecían de piedra. Allí ella me señala que mire hacia arriba.
El espectáculo era de una belleza increible, luces como si fueran fuegos artificiales hacían dibujos, al mismo tiempo escuchaba una melodía celestial, podía ver un grupo de seres, que dirían que eran ángeles que interpretaban canciones con voces celestiales. Al mismo tiempo en el cielo esas luces desprendían  estrellas de colores y realizaban dibujos celestiales. Era un espectáculo grandioso, de una belleza indescriptible.
Estas luces, esos destellos de colores formando dibujos increíbles acompañados de esa música y esas voces que tocaban el Alma, era de una belleza jamás vista.
Todavía al despertar podía escuchar esa melodía, y las voces vibraban dentro de mí.
Imposible de olvidar esa escena que permanecerá en mí para siempre.
Gracias, Gracias, Gracias a mi mamá y a Dios por permitirme estas hermosas vivencias.

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