21 de Mayo 2014
Sueño lúcido
Me encuentro dentro
de una amplia habitación en frente mío arriba veo a la virgen, en persona,
quiero decir de “carne y hueso”, se
encontraba vestida con un manto azul largo y una túnica también azul, tenía un
cinto fino como una cuerda trenzada también del mismo color, detrás de ella
salían rayos dorados todo a su alrededor, uno al lado de otro y en medio de su
cabeza por atrás salía un rayo mucho más largo que los otros, como si pudiese
tocar el cielo.
Pienso cuando la veo
que jamás había visto la virgen así, con ese traje azul y sobre todo con esos
rayos, uno al lado del otro como los pétalos de una flor y el de arriba que
sobresalía mucho de entre los demás, como marcando el cielo.
Su mirada dulce y
complaciente me envolvía, también movía sus manos de manera suave, como si con
sus manos pudiera alcanzarme, como si sus manos pudieran tocar mi cara. Sus
manos tenían sus palmas hacia arriba como recibiendo energía del cielo, su
mirada me conducía a que mirase hacia arriba que mirase atentamente el rayo
extenso que salía por detrás de su cabeza y que con absoluta certeza señalaba
al cielo.
Al mismo tiempo me
decía:-“Miren hacia arriba, deben estar con la
mirada hacia el cielo, miren al cielo atentamente, allí están las
respuestas y de allí vendrán las respuestas.”
-“Mírame, grábame
como una fotografía en tu memoria, recuérdame y dibújame tal cual me ves.”
Trate de realizar un
dibujo, pero disto mucho de poder dibujar bien, y sobre todo poder llegar a
plasmar algo de lo bella que era esa imagen. Pero trate de cumplir en que
puedan tratar cada uno en su imaginación tener una aproximación a la imagen que
ella me mostró, sobre todo lo que me interesa es que puedan observar el color
de su manto y túnica como los rayos dorados que formaban como pétalos de una
flor y en especial ese rayo que sobresalía por arriba de su cabeza
Agradezco a la Virgen,
a la energía divina por permitirme experimentar tan maravillosos momentos.
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