LA CINTA PLATEADA


Sueño lúcido
3 de octubre 2019
En el sueño estaba mi mamá a mi lado y un hombre en frente mío, al cual no conozco y era bastante extraño. Este hombre era muy alto. Él solo miraba.
Lucía una especie de túnica blanca hasta más debajo de las rodillas, y un pantalón blanco también. Aunque su imagen parecía bastante etérea. Como si su figura se pudiese traspasar.
Mi mamá estaba vestida de celeste claro, sobre su cabello se podía ver una vincha o tira delgada de color plateada brillante, que era muy hermosa y resaltaba con el color de su pelo.
Mi mamá me mira y me dice:
“El martes me tenés que acompañar a cobrar.”
A lo que contesté que bueno, que lo haría.
En ese momento desperté. Creo a partir de algún ruido. Me levanté un minuto y volví a acostarme y me dormí.

Sueño lúcido
Apareció mi mamá nuevamente.
Yo le contaba que recién había soñado con ella, y que era un sueño un poco sonso, ya que sólo me decía que la tenía que acompañar el martes a cobrar.
Al mirar también vuelvo a ver a ese hombre, que describí anteriormente y que me resultaba extraño. Pero en ese momento quería hablar con mi mamá, eso era lo más importante.
Ella me miró seria, y me transmite:
“¿Cómo que sonso? Todo se puede analizar. Los sueños siempre nos están diciendo cosas importantes para el que las sueña, y a veces también para otros.
Si descifras cada palabra o imagen que aparece en ellos, tendrás importantes hallazgos.
Muchas veces desde estas dimensiones podemos mostrarles hechos que pueden suceder, y hasta recaudos que tienen que tomar. O como ahora que podemos estar aquí juntas.”
Noto que mi mamá estaba vestida de igual forma que en el sueño anterior y con ese detalle en su cabello.
Como también pude ver que este hombre también estaba vestido igual y en la misma posición mirando la escena.
Miro a mi mamá y le pregunto quién es este hombre.
Ella me contesta:
“Me acompaña desde donde estoy.”
A lo que yo le pregunto:
“¿Por qué también estaba en el sueño anterior?
Ella me transmite:
“Por eso te dije, que no hay sueños sonsos o sin razón.
Entrar en estas dimensiones supone ciertos esfuerzos.
Quería tenerte cerca, verte, conversar después de tanto tiempo y poder abrazarte.”
Cuando la abracé fue hermoso porque pude sentirla como si estuviésemos aquí. Quiero decir que sentía su cuerpo.
Gracias, Gracias, Gracias a Dios, a mi mamá y a este ser que la acompañó, por permitirme estos momentos tan hermosos.

Algo extraño me sucedió esta tarde. Iba caminando por la calle y escucho que alguien corre y me grita para que pare. Al hacerlo se acerca un muchacho y me da una cinta plateada brillante y me dice que se me había caído cuando crucé la calle y corrió para dármela.
Lo raro es que no tenía ninguna cinta.
Y al verla recordé la cinta plateada que llevaba mi mamá en el cabello.
No se qué pensar de todo esto, pero fue para mí una preciosa señal, que los sueños no son tan sueños.








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